Campus universitario para el Hospital general regional F. Miulli

El proyecto concibe el diseño de un hospital dentro de un hermoso paisaje regular de parcelas rectangulares cultivadas con olivos, buscando fusionar sostenibilidad, cohesión social y armonía arquitectónica con el entorno. El hospital se conceptualiza como una “máquina utópica,” un objeto bien definido con relaciones claras entre sus componentes, como las alas para los pacientes, las salas de operaciones y los espacios ambulatorios, formando una “catedral del cuidado”.

El aparcamiento, ubicado frente al hospital, se considera como un componente “pesado” del sitio, ya que ocupa una gran cantidad de espacio y altera el paisaje. Para abordar esto, el proyecto propone ubicar el edificio del hospital no en el olivar, como se planteó inicialmente, sino sobre el aparcamiento existente. Esta estrategia preserva el olivar para futuras expansiones y elimina la vista del aparcamiento desde el hospital, además de proteger los coches del calor excesivo. Los edificios de dos plantas, con techos verdes y patios plantados, ayudan a renaturalizar el paisaje, promoviendo la sostenibilidad mediante la gestión de aguas pluviales y mejorando la resiliencia del sitio al cambio climático.

La intervención también aborda la integración del hospital con el territorio. El diseño de los patios y los pocos aparcamientos exteriores restantes refleja el paisaje local, permitiendo que el hospital se mezcle de manera armónica con su entorno. La proximidad entre el hospital y el edificio universitario introduce un ambiente comunitario, similar a los claustros universitarios tradicionales, fomentando la interacción social y el intercambio intelectual.

La segunda forma de sostenibilidad, la “sostenibilidad social”, se centra en la relación entre el hospital y la universidad, mejorando la eficiencia a través de espacios compartidos como los laboratorios. Esta proximidad crea oportunidades para que estudiantes y profesores interactúen y colaboren, construyendo una comunidad académica vibrante. La arquitectura combina elementos atemporales con tecnología moderna, creando un campus donde se fusionan el pasado y el futuro.

Finalmente, el proyecto incluye tecnologías avanzadas, como mobiliario interactivo, tótems informativos y una app comunitaria, promoviendo el compromiso y proporcionando acceso en tiempo real a eventos. Este sistema interconectado mejora la sostenibilidad, habitabilidad y la experiencia general de estudiantes y profesores, garantizando además altos estándares de protección de datos y ciberseguridad.