La propuesta responde a las exigencias del concurso con dos pilares fundamentales: la eficacia y el compromiso medioambiental. La eficacia no solo se refiere a la funcionalidad, sino que define una actitud arquitectónica global que abarca desde el esquema general hasta los detalles formales. Esta visión se traduce en una «estética de la eficacia». Del mismo modo, el enfoque medioambiental va más allá de decisiones técnicas puntuales, proponiendo una filosofía integral que considera factores geográficos, económicos y culturales del entorno.
El edificio, destinado a usos universitarios, se organiza en un volumen lineal y compacto, orientado norte-sur, con cuatro niveles sobre rasante y un sótano. Su forma busca integrarse con el conjunto hospitalario de Navarra, respetando la estructura urbana heredada, pero destacando mediante materiales y sistema constructivo. Las plantas superiores albergan aulas, laboratorios y despachos; la planta baja incluye anatomía, un centro de simulación clínica y una cafetería abierta al público. Un jardín en la cubierta baja actúa como espacio de descanso y memoria del entorno natural original. La conexión con el edificio de Enfermería se realiza mediante un puente en todas las plantas.
Constructivamente, el proyecto apuesta por una estructura completamente en madera, especialmente haya microlaminada (LVL), aprovechando los recursos forestales de Navarra y fomentando una economía circular. Esta elección favorece la industrialización del proceso constructivo, con beneficios ambientales, económicos y formativos para el sector.
Las fachadas se realizan con paneles industrializados de madera acetilada, resistentes y sostenibles, con aislamiento de fibra de madera. En el interior, la madera, el vidrio traslúcido y el yeso conforman divisiones que permiten la difusión de luz natural. Los pavimentos varían entre terrazo, linóleo y cerámica según el uso del espacio.
El edificio se orienta estratégicamente para maximizar la luz natural sin comprometer la eficiencia energética. Los espacios principales se abren al este, mientras que los del oeste —más expuestos al sol— están controlados por parasoles y alojan servicios. La luz se distribuye de forma equilibrada gracias a materiales interiores que permiten la fusión de iluminación natural desde ambos lados.
En resumen, el proyecto representa un ejemplo de arquitectura racional, sostenible e integrada, tanto con su contexto urbano como con su dimensión productiva y educativa.
Ciudad
Pamplona
País
España