Nuevo Estadio de Fútbol de Zurich

El proyecto del nuevo estadio Hardturm se ubica en la entrada noroeste de Zúrich, en una zona estratégica que busca revitalizar un área urbana actualmente fragmentada y con escasa conexión con el centro de la ciudad. Este nuevo desarrollo pretende ser un elemento clave en la regeneración urbana, con la calle Pfingstweid como eje articulador, integrándola al tejido urbano y transformándola en un espacio público abierto con fuerte capacidad transformadora.

Junto con esta calle, el sistema de parques y los terrenos liberados a orillas del río Limmat desempeñan un papel fundamental en la planificación urbana, ofreciendo espacio para equipamientos, servicios y proyectos residenciales. En este contexto, el nuevo estadio se posiciona estratégicamente para establecer un diálogo visual y funcional con el paisaje natural circundante —como el río Limmat y las colinas de Hönggerberg y Uetliberg—, consolidándose como una pieza central en el nuevo paisaje urbano.

Los accesos principales del estadio se orientan hacia el parque, conectando con áreas ajardinadas que aportan biodiversidad, en contraste con la rotundidad de la estructura del estadio.

Esta contraposición refuerza la imagen del estadio como un “solista urbano”: una pieza icónica capaz de dinamizar su entorno. Su envolvente metálica perforada le otorga una presencia cambiante y llamativa, similar al brillo de un diamante: reflejante por la noche y brillante durante el día. Además, una base construida alberga las áreas funcionales necesarias para las actividades deportivas, anclando el estadio al terreno.

La propuesta cumple con los estándares técnicos de las principales asociaciones de fútbol, garantizando condiciones óptimas para la transmisión televisiva y la compatibilidad con espacios sociales vinculados a eventos de alto nivel.

El proyecto también incorpora criterios medioambientales, especialmente en el diseño del perímetro y su integración con futuros desarrollos residenciales. Se presta especial atención a la eficiencia energética y a la gestión sostenible de aguas superficiales, convirtiendo estos aspectos en parte esencial del diseño paisajístico. En conjunto, el nuevo estadio no solo responde a las necesidades deportivas, sino que se plantea como catalizador urbano, ambiental y social para una zona en transformación.