Palacio de Congresos de Pozuelo de Alarcón

El proyecto del Palacio de Congresos de Pozuelo de Alarcón nace con un fuerte compromiso con el entorno natural, destacando la integración arquitectónica con la topografía del terreno y su vegetación. La idea central es evitar una presencia edificatoria masiva, optando por una propuesta fragmentada y orgánica que se adapte al paisaje. Se valoró positivamente la estrategia urbanística que separa el recinto ferial y el centro de congresos, conectados por un vial interno, minimizando el impacto ambiental y generando un conjunto armónico que se percibe como un parque funcional.

La propuesta arquitectónica se basa en tres pilares: la adaptación al contexto, la funcionalidad y la logística. En cuanto al entorno, se prioriza reducir al mínimo las excavaciones, aprovechando la pendiente natural para ubicar auditorios y servicios. El edificio adopta una forma en “U”, lo que permite que la naturaleza penetre en su interior, reforzando la conexión visual y sensorial con el paisaje, en especial con la dehesa que conecta Pozuelo con Madrid.

Los volúmenes principales se distribuyen estratégicamente: los auditorios se sitúan al oeste, por ser áreas más térmicamente estables; las zonas de exposiciones y espacios comunes, como cafetería y restaurante, se ubican al norte y este, orientados hacia el jardín central y con vistas a Madrid. Esta disposición garantiza confort climático y visibilidad icónica desde el acceso a Pozuelo.

Funcionalmente, se diferencian claramente los accesos públicos y de servicio. El acceso principal, situado en el norte, conecta con el recinto ferial y con los vestíbulos de exposición, que pueden operar juntos o por separado, adaptándose a congresos de diferentes tamaños. Las salas de congresos están organizadas con claridad, permitiendo un recorrido intuitivo para el visitante.

Las áreas de servicio, oficinas y camerinos tienen accesos independientes desde el sur, permitiendo operaciones logísticas sin interferir en las zonas públicas. Además, todos los camerinos se conectan al mismo nivel con los escenarios, lo que mejora la operatividad de los eventos.

Finalmente, el diseño contempla la flexibilidad de los espacios mediante graderíos móviles y escenarios ajustables, lo cual permite adaptar los auditorios a diversas configuraciones. Esta versatilidad mejora la funcionalidad del conjunto, aunque implica un mayor coste de mantenimiento.