El nuevo edificio está concebido de tal forma que la interrelación entre público y ópera se produce en todo su perímetro, desde Unter den Linden, pasando por Glinkastraße, hasta Behrenstraße y las terrazas de la azotea. Los escenarios de ensayo están concebidos como salas polivalentes; en las terrazas de la azotea pueden tener lugar proyecciones al aire libre, recepciones, etc. En la planta baja, el espacio accesible al público se mantiene lo más amplio posible. Aquí se sitúan las zonas de entrada y la oferta gastronómica. El programa espacial se divide de tal manera que el área artística se sitúa en la nueva ala oeste, la administración en torno a la torre del escenario y la tecnología en el ala este.

Esta distribución de funciones no sólo permite minimizar la huella del nuevo edificio y optimizar así la proporción de espacio público, sino que también hace visibles todas las capas de la historia del edificio. En consecuencia, la propuesta de concurso prevé las cuidadosas renovaciones y restauraciones exigidas por las bases del concurso. La torre del escenario se elevará 5 metros. Los procesos operativos podrán desarrollarse según las necesidades. Las nuevas oficinas administrativas están dispuestas en torno a la torre del escenario y gozan así de una vista privilegiada sobre la ciudad. Por la noche, unas instalaciones de luz sutiles y sostenibles convertirán la torre en el nuevo símbolo de la ópera. Los sistemas de energía regenerativa están integrados en el edificio.