Club Deportivo en Zuasti

Aparte de las actividades deportivas más habituales, entre las que se incluye el golf, el club de campo de Zuasti ofrece la posibilidad de practicar otras formas de ocio relacionadas con el entorno en el que se ubica, de un gran valor paisajístico: excursiones, aulas de la naturaleza, etcétera.

El lugar elegido, de grandes valores paisajísticos y próximo a Pamplona, corresponde a la propiedad de un antiguo señorío, del que se han conservado, para su posterior uso como parte integrante del club, los edificios más significativos: la antigua casa señorial y la iglesia adyacente. Estos edificios estuvieron en su tiempo rodeados de otros de menor valía, dedicados en su mayor parte a usos agrícolas, configurando una ocupación fragmentada y sutil del territorio.

Partiendo de esta idea de asentamiento fragmentado, la solución arquitectónica se basa en un esquema abierto en el que los edificios se sitúan aislados, evocando las antiguas naves agrícolas derruidas y generando unos espacios y recorridos intermedios que, lejos de ser residuales, actúan como mecanismo de unión y argumento funcional del conjunto.

El sistema de ocupación elegido al huir de una visión más compacta asegura una relación adecuada con el lugar y el paisaje, permitiendo una fácil adaptación del conjunto a las fases de ejecución y a las posibles modificaciones funcionales que se produzcan a lo largo del tiempo.

Los edificios se identifican formal y constructivamente con la imagen de pabellones, muy acorde con la concepción general del conjunto. La madera de bubinga utilizada en los paneles que recubren la fachada representa en cierta forma la materialización de esa idea de ligereza asociada a los edificios efímeros. La estructura metálica interior, al margen de su coherencia con la imagen de liviandad, ha permitido una construcción rápida y económica.

Los elementos de urbanización, importantes en la medida que acotan los espacios intermedios, poseen un deliberado protagonismo en la definición formal del conjunto: la luz artificial encerrada en el gran muro de vidrio que separa el estanque situado frente al acceso; la gran plataforma elevada sobre la que se asientan las piezas, que se convierte en “gran mirador” del conjunto; o los pavimentos de madera de pino tratada al autoclave; todo ello contribuye, junto con la imagen de ‘muebles de grandes dimensiones’ de los pabellones de madera, a crear un conjunto sugerente que se integra perfectamente con el medio natural en el que se inserta.

La actuación, en respuesta a la complejidad del programa, se ha planteado en varias fases: una vez realizados los elementos básicos que definen todo el conjunto, se ha construido en primer lugar el edificio de vestuarios generales y el gimnasio, así como un bar restaurante de uso estival. Ambos, al igual que otras pequeñas edificaciones, se sitúan sobre una plataforma-mirador que alberga en su interior aquellas otras partes del programa (como restaurantes y guardería) que, por sus dimensiones, podrían haber causado un impacto negativo en el entorno. El programa se completó paulatinamente con la construcción de unas piscinas-balneario, así como con la recuperación del Palacio del Señorío para albergar distintas actividades sociales y culturales.


Ciudad
Zuasti, Navarra

País
España