Francisco MANGADO
 
fM
FRANCISCO MANGADO

Restaurante “La Manduca”+

1997-1998

Azagra. Navarra-España


La propuesta y su desarrollo tiene desde principio algo de extraño y casual. El propietario, un amigo mío, poseía en un pueblo del sur de Navarra, una nave agrícola que había heredado de su padre, en realidad un almacén en muy mal estado de conservación que guardaba un viejo tractor. La construcción existente se situaba en las afueras del núcleo urbano de Azagra, rodeado de otras construcciones similares cuya visión “desoladora” hacían a primera vista difícil la posibilidad de acometer una construcción de calidad. El propietario, hombre de cierta sensibilidad y gran tesón, había encontrado en el subsuelo, bajo la nave, una bodega conformada con viejos muros de hormigón y ladrillo. Este espacio, adecuadamente transformado y “acondicionado” en la imaginación del propietario, constituyó el origen de sus “fantasías” empresariales orientadas a construir un restaurante, con alta calidad culinaria.

Fue esta ilusión e insistencia la que transformó las ciertas reticencias iniciales en un proceso de trabajo que ha de calificarse en el mejor de los casos, como sorprendente. El lugar, antes denostado, se presentó como algo sugerente, que al ir descubriéndose a sí mismo, fue transformando la inicial apatía y la aparente ausencia de valor en un crisol sorpresivo de sugerencias. A la recuperación de la bodega subterránea para el programa previsto, se unió la necesidad de plantear una edificación cubierta que actuando como espacio previo de la bodega, asumiera también un papel más significativo de la intervención.

Este nuevo y gran espacio de acceso incorpora sugerencias de un alto contenido arquitectónico. Desde el exterior se genera una relación plástica y visual en el contraste establecido entre la abstracta composición de la fachada de acceso y el fondo natural representado por las rocas presentes en el fondo. Desde el interior, el patio, además de aportar iluminación, recuerda la realidad topográfica de que se parte, a la vez que realza el valor del espacio interior construido en su totalidad con grandes tablones de madera.

Calle Navas de Tolosa, 100, 31560 Azagra, Navarra, España

Premios FAD 1999. Categoría Interiorismo
1999
Premios FAD.Proyecto Seleccionado: Restaurante "La Manduca" en Azagra, Navarra.
Bauwelt #27: Die kleine Expo
TC Cuadernos 72-73: Francisco Mangado. Arquitectura 1998-2006
Opere e progetti: Francisco Mangado
p.86-89
01-2005
Mondadori Electa. Milan (Italy)
ISBN-10: 9788837031879
Proyectar Navarra #66
p.99-101
10-2001
Colegio oficial de arquitectos Vasco-Navarros. Bilbao (Spain)
Arquitectura Viva #72: Hannover 2000
Catálogo Premios FAD 1999
01-1999
On Diseño S.L. Barcelona (Spain)
On Diseño #207
Restaurante La Manduca de Azagra
2002
/
2003
El local sobre el que se actuaba, generoso en espacio y resuelto en dos niveles, se encontraba vacío tras una rehabilitación estructural que había establecido algunas diferencias de nivel en la planta de acceso así como decisiones constructivas y estructurales, particularmente la posición de las escaleras, que se hacía necesario considerar. El local aparecía profusamente dividido como consecuencia del sistema de muros de carga que, como estructura básica, era la propia del edificio del siglo XIX donde se ubican los bajos sobre los que se actúa.Los distintos espacios se van sucediendo a partir de la entrada permitiendo así ordenar el restaurante de una manera agradable en sucesivos comedores, huyendo de una presencia excesivamente multitudinar a la hora de “abordar el plato”.

Sólo tres materiales se utilizan en el local. Los tres naturales y modestos. Los planos verticales están revestidos del bloque cerámico que habitualmente se utiliza para ejecutar los tabiques divisorios de vivienda económica. Estos bloques, siempre enlucidos y ocultos, presentan al dejarse descubrir una textura que adquiere gran valor a partir de la repetición y del reflejo de la luz. Los pasos entre los muros de carga quedan perfilados con chapas negras barnizadas destacando así la transición que el grosor de estas construcciones, aumentado con la superposición de la cerámica, supone. La misma chapa se utiliza para rehacer la escalera principal que, aun mantenida en la misma posición, sufre modificaciones puntuales tendentes a simplificarla y a valorar su carácter volumétrico dentro del espacio, de mayor altura, en el nivel en subsuelo. Un pavimento cerámico, negro y algo rugoso, que cubre parcialmente una altura de las paredes ofrece junto al techo un marco neutro donde destacar la iluminación.El techo se quiebra de manera repetitiva. Los efectos lumínicos y acústicos son razones que así lo aconsejaron. La luz colocada tras el plano cerámico de las paredes, en el nivel superior e inferior, ambas líneas reflejadas sobre la superficie quebrada negra del techo y la del suelo, confieren al conjunto un sentido de livianidad, de lienzo superpuesto, que no oculta la operación constructiva realizada con la cerámica. El resto de la iluminación del local intenta mantener en lo posible el efecto antes descrito, algo misterioso, planteándose como lámparas de pie que intensifican de manera puntual la luz sobre las mesas sin incidir o deteriorar la iluminación general.
Casa Grande en la Baronía de Escriche
2002
La Baronía de Escriche supera, considerada como conjunto y en el contexto natural en que se encuentra, el valor que le correspondería a la suma lineal de los elementos arquitectónicos y artísticos allí presentes. Resulta una sorpresa importante descubrir en ese entorno un conjunto arquitectónico y económico que nos explica como ha sido la evolución social, cultural y la organización territorial de la zona. La propuesta que realizamos sobre el edificio viene determinada por los siguientes objetivos fundamentales:Por un lado el proyecto ha previsto la puesta en valor de los significados más importantes, tanto culturales como artísticos, implícitos en el conjunto, máximo respeto a los valores naturales y ambientales del contexto físico en el que nos encontramos. El conjunto de la Casa Grande pasa a formar parte de una propuesta de uso hotelero. La intervención el edificio se complementa con la construcción de un nuevo cuerpo que, situado en la parte trasera, permite ordenar esta zona ganando espacios de acceso a la vez que incrementa la superficie necesaria para el desarrollo de un programa posible en términos económicos.La planta baja de la Casa Grande y de la nueva edificación se dedican fundamentalmente a la recepción y a los usos propios de salones y restaurantes. El edificio nuevo, situado detrás de la Casa Grande al objeto de que no afecte a la importante visión frontal que tiene este edificio, se orienta casi exclusivamente hacia el sur y hacia la visión del valle, organizándose sus habitaciones según una fachada quebrada que precisamente viene a hacer posible la organización según la orientación indicada.