No se trata solo de hacer un edificio con un determinado contenido programático. Se trata de aprovechar una oportunidad para crear un “campus del Barça” o lo que es lo mismo, un conjunto edificado dotado de continuidad a nivel de espacio público, de continuidad funcional y de unidad formal y simbólica. Un esquema unitario que naturalmente se basa y se reconoce por su identidad y claridad urbana, ambas obtenidas a partir de proponer la continuidad del espacio entre el estadio de fútbol y el nuevo conjunto del arena, pero también por la rotundidad formal de la propuesta.

Un esquema unitario que se identifica también con una serie de principios en los que apoya y a los que potencia.

• El Barça es por encima de todo una marca, una identidad que se proyecta a nivel mundial. Se es o no se es del Barça. El que es, se identifica con una familia. Esta identidad ha de trasladarse también en términos conceptuales y formales si hablamos de una propuesta arquitectónica para el Barça Arena y sus usos complementarios.
• El Barça es el “equipo del mediterráneo”. Lugar de inicio de la cultura occidental y del deporte. La mediterraneidad como concepto, y en lo arquitectónico se une al sentido de lo clásico y del valor en el tiempo. Así pues el recurso a lo clásico y al tiempo es coherente con la búsqueda de una estructura y una imagen arquitectónica en el nuevo ” Campus Barça”.
• El campus del Barça es una pequeña ciudad en si misma con continuidad espacial, formal, pero también funcional. El Estadio y el conjunto en torno al Arena son dos partes de un único eje funcional.

El campus del Barça tiene identidad urbana, es una pequeña ciudad, pero que ha de inscribirse en una estructura urbana más amplia, el entorno cercano parte de una estructura urbana que es la ciudad de Barcelona. El nuevo campus debe generosamente contribuir a mejorar esta parte de las ciudades, a la que ha de ayudar a componerse y ordenarse. La claridad formal buscada a la hora de definir el “campus”, se traduce en capacidad estructurante para la ciudad. No hay en absoluto incompatibilidad entre ambas estrategias, más bien intensa coherencia. El orden y la jerarquía urbana, ambas necesarias, son el orden y la jerarquía que se consiga en la definición del campus del Barça.

Se propone por encima de todo un esquema, casi clásico, unitario, que dote de identidad y de fortaleza urbana al conjunto. Para la búsqueda de unidad total definida como “Campus del Barça” es necesario:

• Unirse con el campo mediante un gran espacio público, una gran plaza “Barça”, no solo un puente. Una plaza que sobrevuele la calle y garantice la continuidad entre los dos grandes edificios y también los futuros usos de apoyo. Una plaza de “celebración” y de acceso principal al “Arena”.